Deslizándote dices adiós
como un vampiro chupando vas
mordiendo justo lo preciso
envenenaste mi felicidad.
Cierro mis libres ojos
y trato de escapar
siempre en tu boca nociva
mi nombre vuelves a engañar.
Reptando cambias tu falsa piel
en el camino siembras desolación
fui víctima de tu mortal daño
por no creer que eras un culebrón.
Silencio del desierto hiel
es tu respuesta fatal
porque tu corazón, áspid
es de mesalina, es letal.
21/03/1999
1 comentario:
Supongo que este es tu sitio, lo busque en google como me dijiste y aqui he llegado.
me encanto tu poema: "Cuando los suspiros del otro, nos atrapan, nos penetran y nos maldicen, el veneno entra hasta los huesos" - Cuidate, nos estamos viendo
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